May 26, 2011

¿Una bolsa de plástico? No, ¡gracias!

El indiscriminado uso y desecho inadecuado de las bolsas plásticas que utilizamos para empacar las compras en los supermercados, ha aumentado descontroladamente teniendo un efecto altamente contaminante y nocivo para el ambiente y la salud del hombre.
  • una bolsa plástica tarda de 100 a 400 años en descomponerse.
  • Un millón de bolsas plásticas son utilizadas en el mundo cada minuto.
  • Contaminan afluentes y depósitos naturales de aguas
  • Emiten  gases tóxicos y venenosos al incinerarlas
  • Taponan alcantarillados y aumentan el riesgo de inundación.
  • Causan la muerte de miles de animales como aves, tortugas, leones marinos y muchos peces que las ingieren porque las confunden con alimento.
¿Qué podemos hacer para reducir su uso?
  • Use bolsas reutilizables de tela, canastos, canastillas, morrales, o costales para trasladar sus compras a la casa.
  • Cargue siempre una o varias bolsas plásticas para que en el momento de una compra programada o inadvertida no reciba más bolsas plásticas en el supermercado, si no que utilice las que ya ha adquirido con anterioridad.
Procure aceptar el menor número posible de bolsas

May 24, 2011

Orgullo Afrocolombiano!


El pueblo afrocolombiano, está constituido por hombres, mujeres, niños y niñas descendientes de africanos de diferentes zonas de ese continente, que fueron secuestrados y desplazados forzadamente a América, desde el periodo de la conquista en el siglo XVI. La Trata transatlántica constituye uno de los crímenes de lesa humanidad más vergonzosos y execrables de la historia reciente de la humanidad. La llegada de los africanos a América se presenta en el contexto del desarrollo del capitalismo mundial, cuando la empresa de la colonización europea introdujo al continente americano millones de seres humanos como mano de obra esclavizada, para el desarrollo de actividades productivas unidas a la explotación minera o de materias primas como el tabaco, arroz, azúcar, algodón, y otros desarrollados en haciendas. A Colombia llegaron Africanos por el puerto de Cartagena de Indias; por el Litoral Pacífico entraron ilegalmente a poblados como Buenaventura, Charambirá y Gorgona, y por el Caribe arribaron a las costas de Riohacha, Santa Marta, Tolú y el Darién.
Los afrocolombianos somos por tanto, un pueblo en construcción y reconstrucción, que sobrevivió la esclavitud y aún hoy sigue en  resistencia, lucha por el respeto y dignidad como pueblo, dentro de un contexto globalizador que pretende generalizar la mirada victimizadora que ha dejado la solución de sus problemáticas por fuera de sí mismo. Reivindica el respeto a la autodeterminación, a ser diferente, a cobrar por la deuda histórica y la compensación justa que le debe el Estado y quienes se enriquecieron con su trabajo, obtenido mediante la utilización de todo tipo de mecanismos violentos y no violentos, sufridos por sus ancestros. Sabe como pueblo, que el mayor aporte a la construcción de riqueza no fue como mano de obra, sino como trabajador inteligente, porque los africanos llegaron con todos sus conocimientos, sus memorias y saber cosmogónico que tradujeron en múltiples manifestaciones culturales, festivas, musicales, culinarias, religiosas, productivas, políticas, botánicas, medicinales y matemáticas,  entre otros aspectos del conocimiento.
El pueblo afrocolombiano reivindica su orgullo, su lucha y su existencia, con alegría e inteligencia a partir de los espacios que ha logrado, a través de su proceso de lucha. Por ello, a partir de la promulgación de la Constitución de 1.991, Colombia como Estado Social de Derecho, reconoció legalmente la existencia de varios pueblos en el país, en el artículo transitorio 55, producto de la lucha y el avance en el proceso organizativo de los afrocolombianos, se instauran  los derechos para esta población, desarrollados en la ley 70 de 1.993 y sus decretos reglamentarios, y otras leyes y artículos de la constitución. Esta ley contempla entre otros aspectos fundamentales, la protección de la identidad cultural, el desarrollo económico propio o etnodesarrollo, el fortalecimiento organizativo autónomo, la participación política, la titulación colectiva de los territorios ocupados ancestralmente, la participación en los espacios de concertación y decisión del Estado y la formulación del Plan Nacional de Desarrollo de Comunidades Negras.
La población afrocolombiana se calcula equivalente al 26% del total del país . Se encuentra distribuida por toda la geografía nacional, especialmente en las regiones cálidas de los valles interandinos de los ríos Magdalena, Cauca, San Jorge, Sinú, Cesar, Atrato, San Juan, Baudó, Patía y Mira y en las tierras bajas de la cuenca del pacifico (en donde se ubican cerca de un millón y medio de afrocolombianos, representando el 90% de la población de la cuenca), en la zona cafetera, en la Costa Atlántica, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina , en el pie de monte amazónico, en la Orinoquía, en las diferentes zonas auríferas y en ciudades como Bogotá, Cali, Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, y Medellín. Además existen algunos enclaves de antiguos palenques, haciendas, minas, o plantaciones bananeras (Uraba) y centros petroleros; y en general,  en casi todas las regiones del país.
“En términos relativos, o sea, en proporción porcentual frente al total de la población departamental, el departamento con mayor porcentaje de afrocolombianos es el Chocó (con un 85% aproximadamente), seguido por Magdalena (72%), Bolívar (66%) y Sucre (65%). En términos absolutos, los departamentos con mayor número de habitantes afrocolombianos son, Valle (1.720.257 habitantes aproximadamente), Antioquia (1.215.985) y Bolívar (1.208.181), seguidos por Atlántico (956.628), Magdalena (872.663) y Córdoba (801.643). El departamento del Chocó con 369.558 habitantes afrocolombianos, se ubica después de Sucre (490.187), Cauca (462.638) y Cesar (411.742) .
En relación con la información distribuida por municipios, en términos relativos, los municipios con una mayor proporción porcentual de población afro se ubican en el Litoral Pacífico y en la Costa Atlántica. En términos absolutos, la población se ubica principalmente en áreas urbanas, en ciudades como Cali (1.064.648), Bogotá (900.717), Barranquilla (689.974) Cartagena (598.307), Medellín (376.589) y Santa Marta (218.238).
En razón del desplazamiento forzado fruto del conflicto social y armado colombiano y de la pugna por los territorios de los afrocolombianos y sus invaluables riquezas, por parte de los diferentes actores armados; cada vez hay más afrocolombianos en las ciudades, sufriendo los rigores de la marginalización, discriminación, segregación, exclusión y racismo, y engrosando los cinturones de miseria urbanos, sin embargo, a la fecha (Marzo de 2.006) todavía no se conocen los datos consolidados del Censo 2.005 desarrollado en este momento por el DANE (Departamento Nacional de Estadística), los afrocolombianos estamos a la espera de los resultados de este Censo, dada la trascendencia para la definición, planeación y ejecución de políticas públicas de acción afirmativa. Algunos estimativos de las organizaciones afrocolombianas consideran que cerca de un millón de personas pertenecientes a esta población han sido expulsadas de sus territorios ancestrales.
Del total de la población desplazada entre enero 2000 y junio 2002 a nivel nacional, se estima que el 17% corresponde a población afrocolombiana y 4% a indígenas. Solo en Chocó se han desplazado 7.377 familias, unas 33.386 personas, desde 1997 hasta el año 2005, según la Red de Solidaridad Social (entidad gubernamental encargada del registro de población desplazada) a nivel regional. Cifras consideradas altas si se tiene en cuenta que a este dato habría que adicionarle un sub-registro estimado superior al 30%.
Las localidades con predominio de población afrocolombiana son las de más bajos índices de calidad de vida. El ingreso per cápita promedio de la Población Afrocolombiana oscila entre los 500 y 600 dólares año, frente al promedio nacional de 1.500 dólares, y aproximadamente un 74% de esta misma población, recibe salarios inferiores al mínimo legal. La esperanza de vida varía entre un 10 y un 30% por debajo del promedio nacional.

La población afrocolombiana muestra una concentración de pobreza que se expresa en inequidades en los indicadores sociales en los campos de la educación, salud, servicios básicos, vivienda y empleo.
En el aspecto educativo en general, se registra un proceso de homogeneización cultural y baja calidad de la educación que se manifiesta en bajos niveles de logro y eficiencia, no pertinencia al contexto, en virtud de que el currículum no se ajusta a las características socioculturales de la Población Afrocolombiana, a sus potencialidades, necesidades e intereses; deficiente infraestructura, material didáctico inadecuado, insuficiencia e inexistencia de equipos que faciliten la comprensión y práctica de la teoría enseñada.
Los niveles de analfabetismo entre los afrocolombianos llegan al 23.4% en las zonas rurales y al 20% en las urbanas. Estos índices para la población nacional son del 23.4% a nivel rural y el 7.3% en el urbano. La cobertura de la educación en primaria es del 60% en las zonas urbanas y del 41% en las rurales, siendo los promedios nacionales del 87% y 73% respectivamente; para la secundaria la cobertura es del 38% en las zonas urbanas, en la región andina este mismo índice es del 88%.
En la región del pacifico, por cada 100 jóvenes negros que terminan la secundaria, sólo dos realizan estudios universitarios, el resto no cuenta con recursos económicos para continuar sus estudios. La calidad de la educación secundaria es inferior en un 40% respecto de otras regiones del país .
El desconocimiento al legítimo derecho a la participación en los espacios de toma de decisiones administrativas, a la trayectoria histórica del pueblo afrocolombiano, la negación del aporte realizado a la construcción de la sociedad y al desarrollo de la nación colombiana, así como la falta de una política de investigación y conformación de centros de documentación afrocolombiana, ha contribuido para que en la actualidad se siga ejecutando una política de homogeneización cultural que forma a docentes para que la consoliden a pesar de la existencia de la legislación etnoeducativa, en detrimento de la posibilidad de enriquecer la visión y expresión de la nacionalidad colombiana.
En el aspecto de salud, concordante con una situación de status socioeconómico de pobreza generalizada, baja calidad de vida y altas tasas de Necesidades Básicas Insatisfechas NBI; el patrón epidemiológico de las comunidades negras en el nivel nacional se caracteriza por una morbilidad y mortalidad de alta incidencia y prevalencia de enfermedades transmisibles como la enfermedad diarreica aguada EDA, la infección respiratoria aguda, IRA y la Tuberculosis, y una elevada tasa de mortalidad infantil 10 al 50% por encima del promedio nacional.
“El acceso a los servicios de salud en las comunidades afrocolombianas es restringido y presenta indicadores inferiores a los del resto de la población colombiana, debido a un déficit señalado de cobertura y calidad de la atención de los servicios de salud, asociado a la falta adecuada de promoción y prevención y ausencia de recursos humanos con la suficiente capacitación. A esto se suma, la no inserción de las formas de medicina tradicional afrocolombiana en los esquemas de atención, asociados a los ambientes, estilos de vida y particularidades de esta población, así como a sus condiciones socioeconómicas de concentración de pobreza”
El aseguramiento en salud, según la Encuesta Nacional de Hogares, es del 59% para los afrocolombianos y 75% en el resto de la población, lo anterior tiene que ver con el hecho de que en zonas de alta concentración de población afrocolombiana, la afiliación al sistema general de seguridad social tanto en el régimen contributivo como en el subsidiado es baja.
En la Costa Pacífica casi el 60% de la población afrocolombiana carece de servicios de salud y la mortalidad infantil supera en cuatro veces el promedio nacional, pues, entre otras cosas, sólo el 48% de su población cuenta con servicio de acueducto. Esta situación contrasta con la gran riqueza en recursos naturales de los territorios que habitan los afrocolombianos, pues esta región de selva tropical húmeda posee una gran riqueza en flora y fauna, y de sus bosques sale 58% de la madera aserrada del país.
El análisis de las estadísticas sociales de la población afrocolombiana, permite afirmar que la vulnerabilidad de la mayoría de esta población es superior a la de la población pobre en el país, debido a los efectos de la exclusión social y pobreza extrema. En este contexto, el departamento del Chocó, con un 78%, es el que más población tiene bajo la línea de pobreza. Aquí, el Índice de Pobreza Humana (IPH) está diez puntos porcentuales por encima del promedio Nacional. Los estudios, además, muestran que el analfabetismo en la población mayor de 15 años en el Chocó, alcanza el 26% frente a un 10% del promedio nacional, y entre la población afrocolombiana llega al 10%. En cuanto a esperanza de vida, se estima un 15% menor al promedio nacional. El Chocó, con un 47%, tiene uno de los porcentajes más bajos de población con acceso a agua potable, y solo el 26% de la población dispone de alcantarillado frente al 75% nacional.
Aunque las condiciones de la vivienda en los territorios con población afrocolombiana son calificadas como precarias, allí se cuenta con una gran gama de alianzas y redes de parentesco, solidaridad y apoyo, que explican una de las practicas culturales más arraigada; la movilidad. Alfredo Vanin (investigador, poeta y escritor afrocolombiano) denomina la cultura de los afrocolombianos como “Cultura del Viaje”, iniciando con la salida de los ancestros de África a América, continuando con la huída a palenques, ejerciendo el legítimo derecho de ser cimarrón, de pelear la libertad cuando ni siquiera los criollos que hicieron el proceso de independencia la pensaban.
La “Cultura del Viaje” es recorrer en potrillo y a canalete, ríos, esteros y mares para ir de un sitio a otro buscando familias, yendo a cacerías a traer conejo o carnes de monte, es andar veredas y caseríos, pueblos y barrios, comunas, plazas, parques, restaurantes, bares, rumbiaderos y otros espacios urbanos de ciudades y en cada lugar ser lo que se es, enriquecerse con lo de los otros, pero sin perder lo propio. En este sentido, recorrer el territorio para los afrocolombianos no es nomadismo, no es ausencia de arraigo y sedentarismo, es simplemente que la disposición de un espacio físico tan vasto y grande permite el viaje a ver compadres, parientes, amigos y vecinos, con los cuales se establecen importantes lazos afectivos y de filiación. Lo mismo pasa con la migración espontánea encaminada a realizar estudios, trabajar o mejorar las condiciones de vida, la movilidad es consustancial al ser afrocolombiano, pero sin romper los lazos y relaciones con los lugares de origen, la familia extensa, los amigos y más ampliamente sus comunidades y en los lugares de llegada han tejido redes de solidaridad y apoyo que les permiten sobrevivir aún en condiciones adversas y conservar, fortalecer y recrear su cultura en los lugares de asiento.
Por otra parte, el mapa de los territorios indígenas y afrocolombianos en el país coincide, con el de grandes proyectos de infraestructura (megaproyectos), excepcional biodiversidad, riquezas del subsuelo, grandes áreas dedicadas a los cultivos de uso ilícito y con el conflicto armado, por lo que los afrocolombianos tenemos un alto riesgo de pérdida definitiva de nuestros territorios. La tasa de desempleo de los afrocolombianos se estima en un 12% y la tasa de subempleo en un 42%. La actividad productiva para la generación de ingresos de los afrocolombianos es dominada por las actividades comerciales de carácter informal.
En lo institucional, las comunidades afrocolombianas están fortaleciendo sus organizaciones comunitarias para interlocutar en mejores condiciones con el Estado en defensa de sus derechos, pero aún falta un largo camino por recorrer, pues la descomposición que ha traído el desplazamiento forzado, desaparición, amenazas, emplazamientos y asesinatos de muchos dirigentes de los Consejos Comunitarios, de organizaciones de base y del movimiento social afrocolombiano,  ha llevado a la desestructuración de una parte importante de las organizaciones. 
A pesar de que parte de la sociedad civil colombiana ha reconocido la necesidad de hacer mayores esfuerzos para erradicar la discriminación; fomentar el reconocimiento de las identidades de los pueblos y establecer un sistema claro de políticas de acción afirmativa, hasta el momento se ha avanzado lentamente en este propósito e incluso, por el contrario se ha reversado mediante la no asignación de presupuesto a iniciativas ya concertadas, el desconocimiento de acuerdos previos con el Estado, o el cambio normativo que ha llevado a que se reformen o emitan nuevas leyes, decretos, resoluciones, etc., que cambian las reglas de juego entre la población afrocolombiana y el Estado.
El pueblo afrocolombiano se reafirma en la revalorización de su historia y en la construcción de su presente y futuro desde la perspectiva de la defensa de sus derechos colectivos en el marco de los derechos humanos.  El reto para los afrocolombianos es su construcción como un pueblo, que se encuentra en la memoria de todos los colombianos, que respetan y valoran su aporte a la nación, al proceso histórico y al conocimiento y saber que se ha creado desde el país.

Plan Nacional de Desarrollo de la Población Afrocolombiana “Hacia una nación pluriétnica y multicultural” 1.998 -2.002, Santa fe de Bogotá D.C., Diciembre de 1.998, Pág. 7
Idem, Pág., 15. Datos de Población sustentados en el documento Conpes 2909 de 1.997, ampliados, consolidados y proyectados a partir del Censo DANE 1.993, con información suministrada por las organizaciones de base, informantes particulares y coordinadores regionales. Sin embargo, es preciso aclarar que no existen estadísticas oficiales cuyo rigor pueda sustentar los datos de población afro de Colombia, pues el componente diferencial respecto a poblaciones indígenas y afrocolombianas es de aparición muy reciente en los censos. “El Atlas de Economía Colombiana, del Banco de la República, en el año de 1963 registró un 6% de población negra y un 24% de mulatos con respecto al total de la población nacional, lo que da un 30% de personas que se pueden ubicar dentro de esta categoría étnica. Actualmente otros estimativos mantienen esos mismos porcentajes: de una población total estimada en 37 millones de habitantes para el año 2000, se calcula que el 29% es afrocolombiana, es decir 10 millones 730.000 habitantes, o sea una cuarta parte de la población colombiana, lo que ubica a Colombia como uno de los países de América con mayor número de población negra, después de EE.UU. y Brasil”. www.etniasdecolombia.com 
Variadas referencias bibliográficas señalan como un punto importante de ubicación de afrocolombianos las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, zona de asentamiento del pueblo raizal. No obstante, existe una controversia interna pues algunos voceros raizales señalan no identificarse como afrocolombianos dadas las particularidades históricas de su conformación étnica y cultural.
Todos datos, cifras y análisis de esta parte fueron tomados del Plan Nacional de Desarrollo de la Población Afrocolombiana “Hacia una nación pluriétnica y multicultural” 1.998 -2.002, Santa fe de Bogotá D.C., Diciembre de 1.998, Pág. 15 - 22
Cuarto Informe Anual, 1.997, Defensoría del Pueblo, 1.997 Pág. 537 – 538, citado en Plan Nacional de Desarrollo de la Población Afrocolombiana “Hacia una nación pluriétnica y multicultural” 1.998 -2.002, Santa fe de Bogotá D.C., Diciembre de 1.998, Pág.17
Programa BID Plan Pacífico, Planes Locales de Salud – Estrategia para Atención Integral en Salud Pertinente al Pacífico Colombiano. 1.998, citado en Plan Nacional de Desarrollo de la Población Afrocolombiana “Hacia una nación pluriétnica y multicultural” 1.998 -2.002, Santa fe de Bogotá D.C., Diciembre de 1.998, Pág.18

Tomado de http://afroamericaplural.org/pueblo.shtml

Protestas realizadas por estudiantes contra la visita de Bush a Colombia

11 demarzo de 2007